La fuente de talentos, y el valor de la humildad.
En una pequeña isla en medio del océano se encontraba la Fuente de los Cien Talentos.
Todos los niños que al nacer eran bañados en cualquiera de sus cien chorros adquirían un talento que podrán compartir con sus familiares y amigos.
Con el paso de los años había quienes tardaban en conocer su talento, otros no llegaban a saber jamás cuál era, pero los que lo averiguaban dedicaban gran parte de su tiempo a mejorarlo y utilizarlo en favor de los demás. Hasta que, un día, la fuente se secó y la gente del pueblo comenzó a asustarse.
Los ancianos, mucho más inteligentes que los que se creen muy listos, observaron que los que tenían talentos presumían de ellos y se comportaban de forma orgullosa y arrogante.
Por este motivo, muchos habitantes del pueblo comenzaron a sentir envidia y, como el agua de la fuente nacía de las raíces del Árbol de la Humildad, la envidia causó que la fuente se secara poco a poco.
Un día hubo tanta envidia entre los habitantes de la isla que la fuente dejó de echar agua, y ningún niño pudo adquirir su talento.
Con el paso de los año, la vida se fue haciendo más monótona y aburrida, ya que al no haber nuevas personas talentosas todos actuaban de forma similar: cocinando de la misma manera, corriendo a la misma velocidad, o dibujando e inventando objetos muy parecidos.
El día en el que el último vecino talentoso de la isla falleció, todos se sintieron muy culpables y aprendieron una importante lección:
—Debemos aceptar las diferencias de los demás sin pensar que son mejores o peores que nosotros, y ayudarlos a descubrir sus talentos en vez de provocarles envidia con los nuestros.
En aquel preciso momento, una fuerte tormenta de lluvia de humildad bañó a todos los habitantes de la isla, y poco a poco volvieron a tratarse con tanto amor y respeto como en el pasado.
Entonces, la Fuente de los Cien Talentos volvió a echar agua por sus cien caños para que los niños que nacieran disfrutasen nuevamente de sus talentos. Esta vez, sus padres y amigos se ocuparían de enseñarles desde pequeños a utilizarlos adecuadamente para ayudar a los demás, y no presumir de ellos.
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¿Cómo se relaciona esta lectura con la vida diaria.
ResponderBorrarEn la vida diaria muchas veces nos encontramos con personas egoístas y que no le interesan los demás.
Esta lectura nos deja una buena enseñanza de cómo debemos comportarnos.
¿Qué valores debes practicar o cómo debes ser con los demás.?
Los valores que debemos practicar son sobre todo la humildad ya que todos somos iguales, la reciprocidad ya que en algún momento de nuestras vidas también necesitamos que otras personas nos extiendan su mano y finalmente el respeto hacia los demás para que nos traten de la misma manera.