¿Cómo escribían en la antigüedad?
- Observo la escena y comento con mis compañeros
y compañeras.
¿Cómo escribían en la antigüedad?
La escritura surge en Mesopotamia
en un momento en que la producción
agrícola y ganadera fue tan importante,
que los habitantes de esta región
necesitaron registrar, hacer recibos, listas,
archivar, contabilizar los animales,los
productos y cobrar los impuestos. Las
primeras evidencias de esta escritura
son unas tablillas de arcilla, en las que
se empleó la escritura cuneiforme y los
jeroglíficos egipcios.
La escritura nace para satisfacer una
necesidad sentida de reemplazar
la memoria, fijar y acumular datos.
Posteriormente aparece la necesidad
de registrar las hazañas de los dioses
y de sus héroes. Evidencia
de este uso de la escritura es el Código
de Hammurabi, primer conjunto de leyes
que estipulaba penas severas para proteger
la propiedad y establecer las obligaciones
y los privilegios de sus habitantes. También
La leyenda de Gilgamesh, la obra literaria
más antigua de la humanidad.
Las necesidades de uso de la escritura
desarrollaron otros soportes, además de
la arcilla y la piedra. Aparecieron los
pergaminos de piel. La persona que escribía
era la encargada de preparar la piel del
animal (rasparla y pulirla), preparar las
tintas y escribir lo que otros le dictaban.
En Egipto desarrollaron un material
proveniente del papiro, una planta que
crecía abundantemente en las márgenes
del río Nilo, que luego de un tratamiento
se transformaba en una superficie lisa, lista
para soportar la tinta. La invención del papel
en China en el año 105 d.C. fue clave para
el desarrollo de la lengua escrita. Otra gran
revolución de la escritura fue la imprenta,
también en China en el año 593. Aunque
estos descubrimientos tardaron mucho en
llegar a Occidente, su impacto fue decisivo
en la difusión de la escritura.
Se imprimieron libros, revistas, periódicos, carteles, pancartas, etc. que viajaron y
llegaron a todas partes de la Tierra. Hoy en
día se escribe y se lee en múltiples soportes:
teléfonos, computadoras, Internet, tabletas…
Antiguamente, como ahora, no todas las
personas tenían acceso a la escritura. Esta
estaba confiscada por un grupo limitado: las
autoridades, los sacerdotes y la iglesia. Por
otro lado, no todas las personas necesitaban
escribir ni leer, como muchos grupos
humanos actualmente, cuyas vidas cotidianas
e intereses están marcados por la oralidad.
La tradición oral la llevan inscrita en su ser
profundo, en su memoria, en sus saberes,
conductas e historias y no tienen necesidad
de leer ni de escribir. Si estos grupos
humanos quisieran transformarse en lectores
y escritores, el primer paso para hacerlo
sería desarrollar necesidades, intereses y
curiosidades que puedan ser satisfechos
mediante la lectura y la escritura.
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